Le dio tiempo a tocar la gloria…
rozar la posición divina,
la curva exacta.
Le dio tiempo a notar su aliento…
carnoso, fresco y tremendo…
tembloroso.
Le dio tiempo a no ver nada…
a nublarse de luz fría,
a deslumbrarse mientras vuela.
Le dio tiempo a plantar palabras…
a reír sus flores
y devorarse por dentro, por completo.
Le dio tiempo a matar la calma…
a surgir del viento,
a calmar su muerte.
Le dio tiempo a pensar que siente…
a sentir que piensa…
a mirarse y verse…
a creerse esencia.