La luz, por tormento, invasora de momentos,
círculos que se licuan, que se entremezclan.
La rueda no es justa, no para, no observa,
sigue el instinto de su redondez, de su vida finita.
El hogar está en tu mente, los miedos,
las dudas, los objetos… caerán al madurar.
El hogar es lo que sientes, las alegrías
Los sueños, las miradas… brotarán al regar.
Ahora, es solo un instante.
Después, es el residuo mental del ahora.
Ayer, es la retina sensorial traicionera.
Mañana, puede ser nuestra utopía.