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jueves, 28 de junio de 2012

Puesta a cero.



La luz, por tormento, invasora de momentos,

círculos que se licuan, que se entremezclan.
 

La rueda no es justa, no para, no observa,

sigue el instinto de su redondez, de su vida finita.


El hogar está en tu mente, los miedos,

las dudas, los objetos… caerán al madurar.


El hogar es lo que sientes, las alegrías

Los sueños, las miradas… brotarán al regar.


Ahora, es solo un instante.

Después, es el residuo mental del ahora.

Ayer, es la retina sensorial traicionera.

Mañana, puede ser nuestra utopía.

martes, 12 de junio de 2012

Verte.



Ver...
Verbo poco conjugado.
Verbo que anula lo relacionado,
que deja sin luz mi cuadro.

Verte
en sueños; me has tocado,
este verbo injusto,
este verbo exacto.

Castiga tu imagen
en mis dedos, usados
cansados, de buscarte
ansiosos, de encontrarte...

Y se que al olerte, oírte,
al rozarte, con mis dedos,
los que caminan cansados
una mañana, podré verte.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Culpable (de forma, pero no de fondo).



Por qué tuve que abrir la boca,
soltando la pez
que no aguanta el calor del nervio?

… dejo caer mis entrañas, calientes,
en la mesa, serena y eterna
de la razón perdida por el paso del tiempo?

... se me nubla la vista
y el fin me pareció poco,
Después, veo con dolor de ansia, mis trazos?

… y sudo en lágrimas heladas
mi culpa
del cómo, sin cimiento en estos pasos?

… y cómo es culpable el sumiso?
el que sigue al guardés
atado de manos, sus sueños, hasta los pies?

... por eso lo dije?
… por eso ahora, lo pienso?

Y seco, sentado de mente al vacío, me pregunto.

lunes, 4 de julio de 2011

Al verlos... al oirlos...




Me estoy dando cuenta


que late más fuerte mi cuello que mi corazón,


al verlos,


al oirlos.





Noto que se me atraviesa esta sangre,


que me cuesta tragarla,


comprenderla,


apagarla.





Y es que me arden las palabras


al pasar por mi garganta,


junto a mis consciencias y razones,


que a borbotones, no paran de manar,


dejando mis pensares secos,


vanos, absurdos.





Intentan salir mis fuegos,


mis palabras calientes,


por mi sangre,


que no digiero,


que mastico... cada vez que les veo.





Y les miro con el querer matar,


qué no mato ni una mosca,


pero empezar por ellos es fácil...


son muchos.





Y calculo, sospechas


y actos que delaten mi intención.


Estoy dispuesto, se cual es mi casilla


en este juego, su juego,


saltando su ley,


la del juego,


la de ellos.





Me avalo yo mismo,


pues no me fían,


no me dan crédito.


Me miran,


se asombran y critican mis flautas,


pero no me ven,


no ven las venas infladas,


calientes.


cansadas.

miércoles, 2 de marzo de 2011

te me escapas.


Vuelvo a poner la maquinaria en marcha.


Espero dure más que la última vez.


He sido distraído, me dio por observar, y es que me sabes a tan poco... te me escapas.


Estoy alerta, aprieto al play y empiezo a soñar:


no oigo.. no escucho.. no presto atención al vivir, al pasar,


solo te localizo en mi cabeza.


Aparto lo ligero, y olvido respirar...


Siento que muero, siento sentir como siento.


Se acabo nuestra canción, se acabo tu recuerdo.


Volviste a saberme a poco.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Lo mejor de lo peor.


Lo mejor de lo peor

es saber que puedes volver

a llenar de luz y color

otro anochecer,

y mecer mi voz

donde el silencio es valor.


Se que las curvas son

posibles, cuando estás en mí,

dando cierre y alterando la verdad

arrimando el ascua a tu festín.


Ya no es lo mismo

pasear por el jardín,

ahora busco tu mano al caminar

y me agarro a tu no estar.


Restos de tu pasar y mi pensar

dibujan recuerdos a mano alzada...

Aun me duelen tus pasos.

Aun me escuece tu abrazo.


Y es que es difícil pensar,

siendo fuerte y calcular...

ya no habrá más cruces

donde todo era mar.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Sin red.


Nací en una tarde...


cer,


no contaste con mirar.


No hubo sonrisas en mi partir


en dos mi corazón.


Cansados dos cuerpos por el dolor,


el viejo, un mes de no estar...


Decidí tirarme al mundo


sin red.

miércoles, 2 de junio de 2010

Llegando la tarde


Llegando la tarde, encuentro el momento de parar, de descansar mí que hacer. Es cuando se van muteando paulatinamente los recados, las risas y llantos, los alborotos y las prisas por todas las cotidianidades que establezco para hacerme con el día. Es cuando ya no me queda, cuando intento disfrutarle: el día. Es así como al final de la jornada, pisando con mis planes la próxima, agotado por dentro y por fuera, me examino.
Se que evalúo por debajo de lo normal, pero es que estamos hablando de uno mismo, y se sabe que sueles ser menos indulgente con tus propios actos. Una manera de estar siempre alerta y no relajarme en “hice lo que pude”. Y es que mis deberes son de máxima importancia. No puedo permitirme errar, y lo hago. No puedo permitirme ser parcial, e involuntariamente o quizás por ser defectuoso, humano, dejo sin mirar algunas de las esquinas de mi control, de mis dominios. Este aire que satura la asfixia de la lógica, en el instante que aparece para refrescarme y recordarme quien fui, inunda la caja de mi vida y su contenido, llevándome al engañoso y dulce pasado, cuando eran otros ojos los vigilantes y otras leyes, que todos en aquel redil, acatábamos conscientes de que nuestro pastor, a veces, nos dejaba empaparnos de este mismo aire de libertad, de improvisación y de alimento laico por el conocimiento. Ocurría que lo prohibido en boca de nuestro mentor sonase interesante y que únicamente conocíamos el peligro cuando este dejaba marca o aviso en las rodillas, en la lengua o en la mollera de más de una oveja.
El aire que yo dejo entrar a mi rebaño, susurra en mi alto claves para volver a recordar que fui ovejita perdida, inocente, de mente esponjosa, absorbente y luminosa. Esta corriente pausaba mi autocontrol y mi mecánica actitud, impuesta por el pulso de lo correcto y responsable, dándome el consuelo y convirtiéndose en Prozac para mi consciencia.
Es ahora, cuando la luz se va, llegando la tarde, acariciando mis pupilas con violetas y rojos rosados en el cielo, ese roce tangencial nos regala la belleza de un instante único y constante, cuando se quedan en la mesa, junto a un botellín y un liao, mis males y mis bienes.
Sinceramente, la mesa no es balanza estable y se suelen caer las penas por penas y los actos agradables por las mismas penas, entre la separación de las maderas, como el agua en las manos, quedando lo más gordo, lo más indigerible: el desconsuelo por no saber si lo realizado es completamente justo, para mí y por supuesto para mi rebaño.

Ya casi no hay diferencia entre los colores, llegando la tarde. Los pardos y grises se hacen con todo, con paso lento y seguro, invadiendo silenciosamente esta parte del mundo. Y sigo con la mirada perdida en la mesa, con las mismas cartas y en la misma partida, observando este congojo con dolor de trago, pues se sigue atravesando en mi garganta las palabras, el tono y las formas con las cuales le erigí. Esta presión que no se va entre las maderas de la mesa, que no cabe. –“No tenía que haberlo echo de esa manera”, “no he sido justo”-. El rebaño no funciona cuando me abrigo con prisas. No me dejan tratar a cada una de mis ovejitas a su misma altura racional. No es justo…
Con las lágrimas mojando mis juicios entro en el embudo del auxilio sordo, de las llamadas a mis pastores, a mis principios, en espera de una clave nueva, una pauta o contraseña para descubrir la razón, el porque de estos desconsuelos.
Es cuando recuerdo con más claridad a mis pastores, a sus tardes mermadas de luz y repletas de obligaciones. De sus rostros duros y serios a la par que desencajados y desesperados por terminar la jornada con prisa, pues como yo ahora, antes de que la luz avise al gallo, ya estaban ejecutando el programa de arranque para su redil.
Es curioso, como este encuentro en donde mi mirada no da con realidades, tropiezo con mis recuerdos. Me veo asomándome para localizar de donde provenían esos llantos y esos desconsuelos. Esos rezos y misericordias que manaban de un alma realizada y con costra, pero muy castigada. Desconsuelos por no saber qué ni cómo hacer que el día siguiente llegue a su fin de la manera más correcta. Escondido en mi culpa por que ese gesto o esa palabra que dije, esa actitud que a mi pastor le enloquecía a esas horas de la noche, le atormentaba y no le dejaba descansar. Pensaba con el mismo nudo que tengo hoy en la garganta y aún sin comprenderlo, que era por mi culpa. No soportaba que ese castigo fuese por mi despiste. Por mi no saber hacer, por mi inocencia, por mi condición de cría observadora, por mi egoísmo al disfrutar del aire que el mismo pastor nos regalaba. Ese mismo aire que yo, como guardián de mi redil, dejo pasar cada vez que puedo.

Abro los ojos de ver, pegados en los lagrimales, con dolor en mi espalda por la postura. Es demasiado tarde. Doy el último trago al botellín y me lleno de densidades y nieblas los pulmones. El congojo no esta en la mesa. Escurrió entre las maderas de la mesa, entre las tablas de mis recuerdos. Llegando la tarde, sólo me queda pensar en mañana.

martes, 18 de mayo de 2010

En lo mejor, me dejó.


Estate atento no tengo más tiempo y te tengo que dar mi aliento.
Palabras que creo haberte dibujado ya pero entiendo que hoy te resulten muy grandes.

No te preocupes en exceso, olvídate de lo correcto, esta losa es aplastante y la moral y las normas solo hacen que pese aún más. Lo que está bien y lo que esta mal puede mostrarse turbio pero apreciaras cada uno de sus sabores. El paladar de la intuición todavía es funcional en este cuerpo que te regalo.
Demasiada ansiedad no es buena en ningún aspecto. Para a mirar las veces que sean suficientes para ver, para encontrar lo que buscas. Grita si es preciso aunque considero que no es la solución para que se te oiga, pero que te escuchen si es eso lo que necesitas. Preocúpate de que la sombra te cobije del calor pero nunca del sol. El nos da la vida y el nos la quitará.
Parecerás solo a veces, pero solo es el que está vacío por dentro. Llénate.
No cuentes secretos a quien tenga los oídos llenos de agujeros, no sabrá o no podrá asirlos y retenerlos. Tiende siempre una mirada a tus pasos dados y otra a los que te quedan por dar. Rodéate de alegrías de luces de amaneceres y del mecer del mar. Abrígate con cariños si bien puede que no tengan pulso. Invéntate otros mundos si este no te gusta y aporta soluciones a los problemas, que si no tienen solución, ya no son problemas, serán evidencias. Aprende de las arrugas y frases con telarañas; de los libros con tres patas y del calor de su mirada, el calor de su vida. Que no pare de correr el agua por tu sed y que el aire te traiga el aroma de un nuevo cuento.
Ahora marcho, dame el abrazo que despide nuestra colección de palabras preferidas, de nuestros juegos insípidos. No puedo tener el placer de morir a tu lado. Marcho a otro mundo, a uno de los míos. Este no me ha dicho nada, si acaso tu respirar, el consuelo de que esta partida también removerá mis entrañas, hablarte en mis sueños y buscarte en este largo viaje, ya que uno de mis regalos es que mas tarde volveré.


Gracias por dejarme susurrarte toda mi vida al oído. No olvides ser tu.

Tu niñez.

lunes, 10 de mayo de 2010

Desierto - (tocado por Baco)





(Náufrago)

No recuerdo cuanto tiempo llevo solo… el mar es tan intenso.
No siento vida en mi corazón.
Paseando por mi mente te busco desesperado.
Te noto.
Estas por aquí… estoy contigo, en ti.
Te vi.
Sé lo que es eso, vuelves a correr por mis venas… no entiendo.


(Sed)

Te asomas a mí y te vas.
Dejas una resaca agridulce que me hace desearte aún más.
Solo pienso en tu luz.
Eres media vida en un instante… como un escalofrío.


(Vacilaciones)

Eres un sueño?
Dudo de la realidad.
No por nada, sino por exacta.
Sois hermanos tú y el amor?
Noto todo mi cuerpo encantado, flotando, desesperado, caído y dejado a la corriente de paz…


(Fiebres)

Sé que si me vieses, no sería nítidamente.
Me camuflo bien. Incluso muestro solo parte de todo lo que soy. Rabia. Temor. Serenidad. Fuego frío. Son tantas las sensaciones que tendría que explicarte y estoy tan solo aquí… perdona.


(Auto-diálogos)

- Es que es así de amarga la vida?.
- Quiero algo más para él, sé que estando solo lo mismo me encuentro y consigo darle todo lo que tengo en mi.
- Lo hago por ti.
- Es tan amplia la respuesta a mis preguntas que sería comparable a explicar dos mundos.
- No creo que sea mi forma de expresarte o representarte, pero lo que sale, sale de mí: lo noto exactamente igual que lo digo.


(Entelequia)

En cuanto te noto, te dejo fluir como un arroyo que me parte en dos.
Quizás a oídos de los demás sea algo simple, pero a mí me haces sentir toda la armonía que me rodea.
Cuando me hablas al oído, veo la belleza en todo su esplendor y siento la perfección y la razón de mi posición en el Todo.


(Suspiro y esperanza)

No tengo que recurrir a nada cuando merodeas a mí alrededor.
Se como eres, te pensabas que no te reconocería?
Desde el primer día que te vi supe que eras la salvación de mis inquietudes.
Hallarte me salvaría la vida.
Siempre te buscaré y espero poder mirarte a los ojos hasta que se agote mi lucidez.
Soy tuyo.
Haz conmigo lo que quieras.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Reposo mental, al amparo del cansancio.






Algo me molesta.

Nada es como antes...


... Como si no pudiese ser verdad,
sin tenerlo en prensa,
como sorpresa que vendrá
y te pillan siempre en bragas.
Como la vecina que pasea por su casa,
segura, desnuda,
pensando en que no tiene ojos a la vista
pero tu miras.
Como cuando cargado de mano derecha
tienes la llave en el bolsillo del mismo lado.
Como una risa al tragar,
y tragar cuando dejaste atrás tu sangre,
tras la niebla de lo real, tiritando por los miedos.
Como cuando todo eso pasó y tu no estabas allí.
Cuando no podía sostenerse,
cuando no podía retenerse,
licuándose entre sus propias manos
toda su alma.
Cuando no le quedaba nada mas
que su propia parte de atrás,
esa que anuncia el final,
esa que noto por primera vez el aire
tan adentro.
Como la primera vez que sus voces no le molestaban,
la primera vez que no tenía preguntas;
que la respuesta caminaba con holgura
en la cabeza buscando su pregunta.
Cuando lo molesto transmitía paz...

Entonces no caí en la molestia,
la postura no era tan incomoda.






miércoles, 11 de febrero de 2009

Lagrimas de alma.



Entre tanto y sin pensarlo, aún resuena en mi alto su llanto.
Sin oírlo, duele más imaginarlo. Imposible el ponerse en su sitio, o al lado.
Y si bien tenían algo guardado... que decir al volver... besos que repartir o consejos por dar... ya no, ya no.
Nombres ligados a un pie de calendario, sin más, sin nada mas.
Tu recuerdo solo un congojo unido al enojo por hacer lo que yo hago, vivir.
Momentos de única pregunta que nadie quiso hacer, obligandome a tragar pena para poder volver a mirar, y no ver.
Lágrimas de alma.
Tranquilo, tranquila, ya no , ya no tiene sentido.
El saco de brillo de sus vidas no se repartió, no se preguntó, solo nos arraso, llevándose mi consuelo y sustento como ser que camina por sus mismos pasos.
No encuentro sentido a su partida. Quizás el sentido es que su sitio se explique con plumas y dulces vientos para el que se queda.
Difícil es para ti. Y mi consuelo anónimo queda flotando en el aire, ese que nos da la vida, ese que barre nuestro sitio en un instante.