Me estoy dando cuenta
que late más fuerte mi cuello que mi corazón,
al verlos,
al oirlos.
Noto que se me atraviesa esta sangre,
que me cuesta tragarla,
comprenderla,
apagarla.
Y es que me arden las palabras
al pasar por mi garganta,
junto a mis consciencias y razones,
que a borbotones, no paran de manar,
dejando mis pensares secos,
vanos, absurdos.
Intentan salir mis fuegos,
mis palabras calientes,
por mi sangre,
que no digiero,
que mastico... cada vez que les veo.
Y les miro con el querer matar,
qué no mato ni una mosca,
pero empezar por ellos es fácil...
son muchos.
Y calculo, sospechas
y actos que delaten mi intención.
Estoy dispuesto, se cual es mi casilla
en este juego, su juego,
saltando su ley,
la del juego,
la de ellos.
Me avalo yo mismo,
pues no me fían,
no me dan crédito.
Me miran,
se asombran y critican mis flautas,
pero no me ven,
no ven las venas infladas,
calientes.
cansadas.